Soy Colombiana, Diseñadora Gráfica, mamá y vivo en Australia desde 1999.

Permítanme compartir un poco sobre cómo llegué a estas tierras lejanas. Tenía 17 años cuando culminé mis estudios en Bucaramanga y viajé a Australia como parte de un programa de intercambio.

Debo confesar que nunca me imaginé estableciéndome en Colombia; desde siempre sentí una profunda curiosidad por explorar otros países, y gracias a la libertad y el soporte económico de mis padres, logré hacerlo, por lo que les estaré eternamente agradecida.

Ese año de intercambio fue una experiencia increíble, pero también supuso un gran desafío emocional. El inglés en Australia, como muchos saben, es bastante distinto, y no poder entender o comunicarme con los demás fue todo un reto para mí.

Después de cuatro intensos meses, algo hizo click en mi cerebro, dejé de traducir y comencé a entender, hablar y hasta soñar en inglés. A partir de entonces, todo fue mucho más fácil: hice amigos, amplié mi círculo social, participé en más actividades escolares y tuve la oportunidad de explorar otras regiones de Australia, lo que avivó aún más mi pasión por viajar.

Mi mentalidad experimentó un cambio significativo desde mi llegada aquí. Me enamoré de Australia, su gente, su estilo de vida y la libertad para ser uno mismo. Tanto fue así que, al finalizar mi año de intercambio y regresar a Colombia, propuse a mis padres la posibilidad de regresar a Australia para continuar mis estudios universitarios. Afortunadamente, aceptaron mi propuesta, y aquí sigo, en estas maravillosas tierras que han sido testigos de mi crecimiento personal y profesional.

Australia me ha brindado innumerables oportunidades: he estudiado, me he graduado, he trabajado, he disfrutado, he cometido errores, me he levantado, he evolucionado, he emprendido, he viajado, he dado a luz y he experimentado la maternidad. Además, aquí he tenido el privilegio de conocer a mis mejores amigos, cuyas amistades perduran desde hace muchos años, así como a mi esposo, a quien adoro con todo mi corazón y quien me apoya incondicionalmente. También tengo la suerte de contar con la presencia de mi madre aquí, lo que me permite mostrarle el lugar que me ha visto crecer desde mis 17 años.